Damián Colucci se fue de Buenos Aires para trabajar la tierra. Pero lo que quiere el campesino de 38 años va más allá de arar a caballo y conservar tomates.
Preparar la tierra con media docena de percheros: Damián Colucci arando la tierra de su Monte Callado, temprano en la mañana.
Bild: Mariana Magneres
Un molino de piedra con un motor eléctrico: El campesino produce entre diez y veinte mil kilos de harina de trigo anual y la vende en los mercados locales o directamente desde su granja.
Bild: Ricardo Tamalet
El Monte Callado, una pequeña isla en el medio del mar de soja: cuando la crisis en Argentina estalló, en el 2001, el papa de Colucci le compró 100 hectáreas en las afueras de Tandil, 400 kilómetros al suroeste de Buenos Aires. Desde entonces Colucci es uno de los pocos campesinos en el país que trabaja la tierra sin abonos sintéticos ni pesticidas.
Bild: Ricardo Tamalet
Donde se juntan el cielo y la tierra: los suelos de la Pampa húmeda son de los más fértiles en el planeta. También por eso la agroindustria se instaló en esa zona.
Bild: Ricardo Tamalet
Trigo, maíz, avena, sorgo, pasto, frutales, frijoles, un invernadero para las verduras, gallinas, cerdos, caballos y sesenta vacas: Damián Colucci faena los animales y su familia se auto-abastece casi por completo.
Bild: Ricardo Tamalet
El rancho para todo: Una parte de la carne se cuelga bajo el techo del galpón de barro, para que se seque (izquierda).
Bild: Ricardo Tamalet
En el mismo lugar se almacenan otros productos: hierbas y condimentos, semillas para la siembra y un ejército de conserva de salsa de tomate.
Bild: Ricardo Tamalet
Colucci aprendió el oficio con su maestro Masanobu Fukuoka (1913-2008). A fines de los años noventa, el joven Colucci pasó nueve meses en Japón y se dio cuenta que trabajar la tierra va mucho más allá de la producción de alimentos. La obra “La revolución del rastrojo” de Fukuoka sigue siendo un libro de consulta indispensable para los neo-jardineros, tanto adentro, como afuera de las urbanizaciones del mundo.
Bild: Ricardo Tamalet
Una cocina que en las ciudades ya no se usa: la familia prepara su comida en el fuego, la leña proviene del mismo terreno.
Bild: Ricardo Tamalet
La forma en que Colucci trabaja la tierra atrae visitantes de distintas partes del mundo, aquí periodistas agrarios de Suiza (derecha). La búsqueda de máquinas manuales fue difícil. Muchas veces Colucci encontró las herramientas tiradas en un galpón abandonado de algún vecino, que cambió sus maquinas manuales a aquellas que utilizan petróleo.
Bild: Ricardo Tamalet
Montura de caballos: los vecinos del Monte Callado no podían creer que un hombre joven de la ciudad quiso volver a trabajar la tierra con antiguos métodos.
Bild: Ricardo Tamalet
Descansar después del trabajo: la pareja Mariana Magneres y Damián Colucci, con dos de sus cinco hijos tomando mate en la cocina.
Bild: Ricardo Tamalet
Las jornadas de Damián comienzan con el amanecer y terminan cuando oscurece. “Creo que la mejor forma que tengo para cambiar, es cambiar yo mismo. Primero tengo que formar mi paraíso para que la gente vea que se puede trabajar la tierra sin agroquímicos y vivir en el campo. Esa es mi tarea.”