Durante el Paro Nacional en Ecuador miles de personas fueron heridas, sobre todo en Quito. Visitamos a vari@s de ell@s en el Hospital Eugenio Espejo pocos días después de la derogación del decreto 883. Sus historias comprueban algo preocupante: la fuerza pública apuntó con sus armas no letales a los cuerpos de los manifestantes.
12 de febrero de 2020, Quito. – Hace un mes la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concluyó en su informe del Paro Nacional de octubre de 2019 que el uso de la fuerza por parte de la policía y de los militares fue desproporcionado. Lo declaró incluso como “la causa principal del alto número de personas heridas” y advirtió al Estado ecuatoriano de “haber incumplido con sus obligaciones de respeto y garantía del derecho a la integridad personal, consagradas en la Convención Americana”.
Durante y después del paro, 1.340 personas se dejaron atender en algún Centro de Salud Pública. Lo que no aparece en estas estadísticas del Estado son los cientos de personas que a pesar de sus lesiones preferían ser atendidos en la calle, atenderse de forma privada o simplemente no atenderse. Algunos también fueron rechazados por los centros de salud porque estos no daban abasto y atendían solo a los heridos graves. L@s integrantes de las brigadas médicas que estaban en el terreno calculan hasta cuatro veces más heridos de lo que revela el gobierno.
L@s herid@s que sí se dejaron atender en el Hospital Eugenio Espejo, por ejemplo, no podían acceder libremente a sus historias clínicas. Según un herido que contó su experiencia a la CIDH, y cuyo testimonio coincide con nuestra investigación, las enfermeras fueron instruidas por el gobierno, para que no revelasen información acerca de l@s heridos durante las manifestaciones.
Pocos días después de que termine el paro, la dirigente Luisa Lozano, en representación de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), empezó a investigar dentro de los Centros de Salud. Desde los medios de comunicación el acceso a estos Centros fue muy difícil, por no decir imposible. Nuestras solicitudes para conseguir más información acerca del tema fueron ignoradas, tanto por el Ministerio de Salud como por la dirección del Hospital Eugenio Espejo. Por ello decidimos entrar a este centro sin permiso oficial y con el consentimiento de los heridos y sus familiares. Sentíamos la necesidad de visibilizar las historias de aquellas personas que fueron víctimas de la política de represión por parte del Estado y que hoy en día viven con alguna discapacidad en uno de sus brazos o piernas, perdieron un ojo o -como en el caso de Edgar Yucailla- ya no viven.
Hasta el día de hoy el presidente Lenín Moreno relativiza la violencia de la Fuerza Pública y responsabiliza sobre todo a l@s manifestantes y l@s supuestos infiltrados. Días después del informe de la CIDH, declaró por Cadena Nacional que la policía solo usó material disuasivo durante el paro: “No usó armas letales y no disparó ni una sola bala”.
Video: Heridos en todo sentido
Nota escrita: Paro Nacional: la historia que se escribe desde el hospital
Investigación y entrevistas: Romano Paganini (mutantia.ch)
Edición del vídeo: William Polo y Emilio Bermeo (Radio Periférik)
Fotografías: Alejandro Ramírez Anderson
Colaboración: Acapana, Cabaliofilms y redacción de mutantia.ch
+ + + Trabajo colaborativo entre Radio Periférik y mutantia.ch + + +