Más de una decena de profesores continúan la huelga de hambre que ayer cumplió su primera semana. Están a la espera de que la Corte Constitucional otorgue una salida legal a su pedido.
Las y los educadores exigen que se hagan efectivas las reformas a la Ley de Educación que incluyen salarios justos por su trabajo. Mañana está prevista una gran marcha en Quito.
11 de mayo de 2022, Quito. – Hablan o escriben a través de sus teléfonos celulares para distraer las horas. Están acostados sobre colchones montados sobre palets de madera, con ropa abrigada y cubiertos con mantas. Son los docentes, estudiantes, padres de familia y dirigentes de la Huelga de hambre convocada por la Unión Nacional de Educadores para exigir la equiparación salarial, así como el cumplimiento de todas las reformas a la Ley orgánica de Educación intercultural. Banderas y carteles cubren las dos carpas de lona que los cobijan.
Instalados en grupo frente a la Corte Constitucional, ellas y ellos a veces caminan unos pasos fuera de ese espacio que permanece cercado con cintas de seguridad, y que tiene protocolos estrictos. Sus cuerpos, que permanecen mucho tiempo recostados, deben ganar calor.
De uno de los parantes cuelga una pequeña ánfora para las donaciones, y hay una cartulina, escrita a mano, donde se lee lo que pueden recibir; mascarillas, agua o panela. Vehículos circulan a metros de los huelguistas, pero casi nadie toca la bocina o saluda en señal de solidaridad. Para quienes miramos la escena desde fuera, es una sensación parecida a la indolencia.
Cuando se pregunta a quienes permanecen en la huelga, sobre el argumento del presidente Lasso, respecto a que no existen los fondos suficientes para cubrir la subida de los salarios de maestros y maestras, el argumento es unánime: el petróleo ha subido de precio, y existen fondos suficientes para garantizar la equiparación salarial pues son casi 600 millones de dólares lo que que se ha recaudado por impuestos en lo que va del año. Según la Constitución, los gastos de educación se deben cubrir con ingresos permanentes.
“El gobierno presentó una reforma que busca mercantilizar la educación”
Hace ocho días, y luego de una especie de puesta en escena para instalar el mobiliario improvisado, empezaron la huelga. Una semana después, son 12 – mujeres y hombres, de varias edades- que mantienen esta medida. El escenario recuerda a otros similares, atravesamos una época que parece haber traído el pasado de vuelta, no sólo por la presencia de la pandemia, sino por un modelo de gobierno que cree que es mejor achicar el tamaño del Estado para hacerlo más eficiente.
“El gobierno presentó una reforma a la Ley Orgánica de Educación Superior que sólo reforma 8 artículos, pero esos 8 artículos buscan privatizar y mercantilizar la educación”, dice Nery Padilla, secretario de la Federación de estudiantes universitarios del Ecuador, uno de las tres personas que entrevistó mutantia.ch. “Nosotros, junto con representantes de estudiantes, docentes y trabajadores, hemos presentado una propuesta de reforma a 70 artículos, porque comprendemos la necesidad de la universidad; porque somos actores activos de ella”.
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William Basantes, docente y dirigente de la Asociación de barrios de Quito
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“He trabajado en varias instituciones educativas con contrato ocasional; no tengo nombramiento definitivo porque no nos permite el Ministerio de Educación ganar nuestra partida. No se abren los concursos y nos tienen con contratos provisionales. Con los días que llevamos de huelga de hambre, logramos que la Corte Constitucional convoque a una audiencia pública para este 12 de mayo, donde participaremos quienes hemos interpuesto un amicus curiae.
Hablo también como padre de familia que está pagando el arreglo de la infraestructura (escolar). Estamos pagando el mobiliario, el cambio de las baterías sanitarias. Además de todos los gastos, para el reingreso progresivo a las aulas luego de la pandemia, hemos puesto entre 2 a 3 dólares para cubrir medidas básicas de bioseguridad, cuando esto el gobierno debe garantizarlo.
Con el presupuesto que pedimos, tendríamos las partidas docentes completas y podríamos lograr nuestros nombramientos. Durante la pandemia han sido desvinculados miles de docentes, y el gobierno de Lasso en su propuesta de campaña ofreció devolverles el trabajo, y eso no ha sucedido. Entre los compañeros aquí presentes están dos graduados, que no logran tener trabajo”.
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Lisbeth Cumbal, Presidenta de la Asociación de estudiantes de la carrera de Filosofía y letras, Universidad Central del Ecuador.
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“La huelga de hambre es lo último que podemos hacer. Desde la realidad universitaria vemos una grave afectación a la educación superior. Constantemente se aprecia la reducción del presupuesto. Mientras tanto en las aulas se vive un fuerte tipo de acoso y violencia hacia los estudiantes con varios casos que han sido denunciados. Por eso pedimos la aplicación de las reformas, porque esto va a defender a los niños, niñas, a las adolescentes y a las mujeres.
Estamos en el octavo día de huelga de hambre, físicamente el cuerpo ya siente los efectos de no ingerir alimentos; hemos tenido algunas bajas; por ejemplo la semana pasada nuestro compañero, Klever Hidalgo, de la UNE Pichincha sufrió una descompensación en su salud. Muchos compañeros también empiezan a sufrir los estragos: los dolores de estómago y cabeza son constantes.
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Nery Padilla, secretario de la Federación de estudiantes universitarios del Ecuador
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“El momento actual en la educación secundaria y a nivel superior es de deterioro y de crisis, y esto se ha desarrollado por la indolencia de los gobiernos que han generado procesos progresivos de recorte presupuestario a la universidad y al sistema educativo en general. No se ha podido garantizar infraestructura y se ha recortado personal. Los compañeros docentes tienen un excedente de trabajo. Estas condiciones son antipedagógicas y antididácticas.
A nivel universitario, vemos que por el momento en la modalidad virtual existen cursos de 60, 70 u 80 estudiantes. La Universidad Central del Ecuador subió su población estudiantil de 40 a 46 mil estudiantes. Al volver a la presencialidad, se va a notar este impacto real. Por ello es vital mantenerse en la exigencia de un presupuesto que garantice un mínimo nivel de calidad.
Lo que observamos es que la universidad privada tiene un mayor índice de matriculación, ya que el proceso para entrar a la universidad pública es estandarizado, meritocrático y elitista, y en esas condiciones las familias ven la forma de que sus hijos puedan educarse, y tenemos la situación de que ellos se están endeudando y haciendo el esfuerzo para que sus hijos se eduquen. Claramente se ve que la universidad privada se ha fortalecido, al ver los puestos que ocupan estas universidades (en el ranking). ¿Por qué la primera universidad no es la Universidad Central, como lo fue históricamente? Es porque hay un desgaste progresivio de la universidad pública.
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Texto: Mauricio Velasco
Foto principal: Acostados para descansar y guardar energía por lo que viene: profesores de diferentes áreas durante su huelga de hambre la semana pasada frente a la Corte Constitucional en Quito (Daniela Beltran).
Edición y producción: Martu Lasso & Romano Paganini
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