En América prevalece otro clima

El movimiento contra del cambio climático está extendiéndose por diferentes rincones del planeta, incluyendo América Latina. Pero las circunstancias aquí son diferentes que en Europa o Estados Unidos, y por lo tanto también los métodos de protesta.   

25 de septiembre de 2019, Quito, Ecuador. – El joven con un reloj de arena en la mano pasea por la exposición de Carlos Alonso, el artista argentino que exhibe sus obras en el Museo de Bellas Artes: carne colgada del techo, un militar armado y un agente de la época de la dictadura  militar(1976-1983). De repente, el joven colapsa y cae al piso. Su tiempo se ha acabado. Las otras y los otros del grupo que se le acercan y le tocan al muchacho con el reloj de arena en la mano también se desploman en el piso. Son alrededor de cincuenta personas que, a principios de junio, justo el Día del Medio Ambiente, mueren ante los ojos de los visitantes del museo en Buenos Aires. 

La acción de Extinción Rebelión (XR) guarda similitud con los hechos en Bellas Artes. Los cuerpos de sus activistas -expulsados, perseguidos,  hambrientos, sedientos o muertos- reflejan el temor de muchos jóvenes alrededor del mundo: les preocupa que la vida humana, animal y vegetal en este planeta pase a la historia. La mano extendida con el reloj vacío de arena es una advertencia que no puede ser más clara

 

Declarar Emergencia Climática

El movimiento en contra del cambio climático, nacido en Inglaterra, tiene apenas un año de vida y, sin embargo, junto con fridaysforfuture (fff), inspirado por la activista sueca Greta Thunberg (16), ya ha movilizado a cientos de miles de jóvenes en todo el mundo. Mientras que fff “sólo” realiza huelgas, XR se centra deliberadamente en la desobediencia civil, ya sea encadenándose a bancos, como sucedió en Zurich (Suiza), bloqueando exposiciones de carros, como pasó en Frankfurt (Alemania), u ocupando medios de comunicación como el New York Times (Estados Unidos). Su objetivo: ser arrestados para poder generar más atención a sus preocupaciones.

Sangre, fuego, muertos: Mientras en Brasil se está quemando la selva amazónica, los activistas de XR Argentina bloquean una calle en Buenos Aires.                                                                                                                  FOTO: XR Argentina


En primer lugar, XR exige que los gobiernos declaren la emergencia climática, es decir, que reconozcan que no son suficientes las medidas adoptadas sobre la protección del clima y que urge la creación de nuevas leyes. En segundo lugar, exige que se actúe de forma inmediata, ya que es la única manera de limitar la extinción de las especies. Finalmente, propone que, a futuro, los gobiernos estén guiados por una asamblea de ciudadanos constituida con un enfoque sobre cuestiones climáticas y justicia ecológica.

Desde hace años, el cambio climático ha estado en la agenda política de Europa y los Estados Unidos. Decenas de ciudades y universidades alrededor del mundo han declarado el estado de emergencia. 

 

Emergencia climática, emergencia alimentaria

Pero proclamar es más fácil que actuar. Un ejemplo es Argentina, el primer Estado en América Latina que en julio declaró la emergencia climática, al igual que Irlanda, Canadá y Francia; la semana pasada también se sumó España. Pero al mismo tiempo se aprobó el proyecto de fracking* Vaca Muerta cerca de Neuquén, en el norte de la Patagonia, asumiendo la contaminación de enormes cantidades de agua.

El caso demuestra: El cambio climático es una cosa, la matriz económica y social otra. También por eso las organizaciones de XR en América Latina buscan sensibilizar a los ciudadanos respecto de los vínculos entre explotación de materia prima, consumo y cambio climático. Organizan eventos informativos, buscan abrir un diálogo durante las huelgas callejeras y alimentan a los medios de comunicación con los datos más recientes. Felipe Cortines, de 27 años y miembro de XR Argentina, dice que recién, durante un plantón frente a las puertas de Cargill, una de las empresas más poderosas del sector agrícola y financiero, los policías querían saber de qué se trataba su plantón. Y cuando se enteraron, respondieron espontáneamente: De esto hablan también nuestros hijos.


Argentina

Ciudades participantes: Buenos Aires, Neuquén, Santiago del Estero.

Personas involucradas: 180 activas, alrededor de 800 en un círculo ampliado.

Fridayforfutures: Todos los viernes, entre veinte y treinta estudiantes convocan a una huelga en las afueras del congreso en Buenos Aires. 

Ecuador

Ciudades participantes: Quito, Cuenca, Guayaquil, Quevedo, Puerto Lopez, Ambato, Manta, Riobamba, Otavalo, Galápagos.

Personas involucradas: 15 personas activas, varias docenas de simpatizantes en todo el país.

Fridayforfutures: En Quito, entre 1 y 10 estudiantes han realizado manifestaciones frente al palacio de gobierno, todos los viernes. En todo el país hay unos 300 estudiantes que participan en protestas una y otra vez.

Colombia

Ciudades involucradas: Medellín, Bogotá, Armenia, Cali.  

Personas involucradas: aproximadamente 30 personas activas, varios cientos de simpatizantes en todo el país.

Fridayforfutures: Todos los viernes por la mañana estudiantes hacen huelga en Medellín.


Generar consciencia por lo que significa el Cambio Climático no es fácil, porque implica muchos factores. Y es aún más complicado en países como Argentina, donde cada vez hay más gente luchando para sobrevivir. En el país del Rio de la Plata, uno de los más importantes productores agrícolas del planeta, la crisis climática está acompañada por una crisis alimentaria nunca antes vista desde su colapso económico en 2001-2002. Por lo tanto, la semana pasada el Parlamento decidió prorrogar la emergencia alimentaria hasta fines de 2022. “Ese es uno de los puntos donde tenemos que incidir”, dice Felipe Cortines. “Si no hacemos nada respecto a la crisis climática, la situación alimentaria empeorará”. El ingeniero industrial con especialidad en energía renovable hace referencia a los estudios del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPPC) de la ONU. El equipo de investigación, que viene trabajando el tema desde 1988, ha señalado repetidamente que el cambio climático, tarde o temprano, podría provocar pérdidas de cosechas y hambre.

“Luchamos por cosas fundamentales”

A pesar de estos datos, el clima en América Latina es diferente, tanto el clima de la protesta como el clima de la represión. Aquí las batallas por el ambiente surgen, no tanto en los centros urbanos, sino más bien en los territorios, es decir, donde se extrae la materia prima para beneficio del norte global. Los habitantes de estos territorios no llevan un reloj de arena en sus manos, sino el instinto de sobrevivencia. Si necesitan defender el agua y la tierra, lo hacen con sus cuerpos. Algunos están dispuestos a morir por las montañas, los ríos, los bosques y sus comunidades: algo que han hecho durante siglos de colonización, pues a ellos no sólo les interesa defender el clima, sino la vida como tal. El clima es solamente un aspecto de su lucha.

El nivel de consumo es otro factor que marca la diferencia entre las luchas de Europa y las de América Latina. Los pobladores de aquí consumen una pequeñísima parte de lo que consumen los europeos, lo que implica que el porcentaje de emisión de gases de efecto invernadero (GEI) – según IPPC uno de los factores claves para el aceleramiento del Cambio Climático – sea extremadamente inferior. Ecuador, por ejemplo, es responsable de apenas un 0,15 por ciento de los GEI a nivel mundial. Los países con el mayor índice son China y Estados Unidos, responsables de casi la mitad de todos los GEI.

Tena se sumó el viernes pasado a las protestas mundiales y a las preocupaciones por el Cambio Climático. Ibarra (foto) este martes: estudiantes marchando por la defensa de nuestra casa, el planeta tierra.                                FOTO: XR Ibarra


“Aquí todavía estamos luchando por cosas elementales, como un sistema de alcantarillado o la construcción de una escuela”, dice Shadey Heredia, de 29 años y miembro de XR Ecuador. “Eso dificulta atraer a nuevas personas para una manifestación en contra del cambio climático”. El tema simplemente les parece demasiado ajeno a sus vidas.

Sin embargo, la veterinaria quiteña no está de acuerdo con que el problema climático sea una cuestión de clase. Por supuesto, dice, sólo aquellas personas cuyas necesidades básicas están cubiertas pueden dedicar tiempo al problema. “Pero cuando analizamos el cambio climático, por ejemplo en el contexto de un proyecto minero, vemos que los habitantes afectados tienen empleos a corto plazo, pero al final del proyecto se quedan con las manos vacías y el medio ambiente destruido”. Es difícil crear una comprensión cuando se trata de estas relaciones complejas y construir puentes entre las zonas urbanas y rurales. “Pero en última instancia”, dice Shadey Heredia, “no se trata de luchas individuales, sino de un problema global que nos afecta a todos, sin importar de qué clase social provengamos o de dónde vivamos”.

Independizarse de Europa

Además de Ecuador y Argentina -con más de 800 activistas, número mayoritario de XR en América Latina-, también se están creando grupos en Brasil, Chile, Perú, México y Colombia. Todo ello en un entorno urbano. Pero a diferencia de la mayoría de los demás rebeldes, los activistas ambientales colombianos vienen de un recorrido de muchos años, por no decir décadas, en defensa de la naturaleza. Uno de ellos es Edwin Diez, de 65 años, quien fundó XR Colombia la misma semana en que los compañeros ingleses habían bloqueado cinco puentes del Támesis en Londres. Esto fue en noviembre de 2018 y Edwin vio la oportunidad de unir sus preocupaciones bajo el paraguas de XR. “Extinción Rebelión”, dice, “nos da una comprensión más profunda de los problemas del planeta”.

Edwin Diez había vivido 25 años en un campo ubicado en las montañas que rodean Medellín. En 2006 se trasladó a una pequeña aldea con intención de cambiar el mundo, tal como lo había pretendido a finales de la década de 1970. Con amigos, creó la Fundación Amigos del Medio Ambiente y comenzó a visitar los territorios de sus conciudadanos. Ellos, que estaban expuestos a proyectos mineros o a la construcción de centrales hidroeléctricas, debían recibir apoyo profesional, por ejemplo, con datos científicos sobre posibles daños ambientales.

“La criminalización de las protestas aquí es muy violenta.
No es raro que los activistas sean torturados.”

Edwin Diez, XR Colombia

En el contexto del Cambio Climático Edwin Diez relativiza la utilidad de estos datos y dice: “Será la tragedia de la degradación del medio ambiente la que conducirá a la rebelión social, no los estudios académicos”.

XR tiene como objetivo convocar al 3,5 por ciento de la población. En Medellín eso significa un poco menos de 90.000 personas. Pero Edwin Diez critica también esa cifra: “Es un pensamiento demasiado lineal”, dice, “demasiado europeo”. Para él, la conciencia no puede ser cuantificada y propone que XR se oriente más y más en el Buen Vivir de los Andes aun cuando ello implique independizarse de la organización madre en Europa.

Así, no sorprende que la primera acción de XR Colombia no haya sido un acto de desobediencia civil como en Londres, Nueva York, Zurich o Frankfurt. Los activistas plantaron principio del año árboles autóctonos como Yarumos, Amarraboyo, Arrayanes y Dragos, en las afueras de Medellín.

Protesta en forma de siembra: En la cabaña Buen Vivir, en las afueras de Medellín, los activistas de XR Colombia plantaron, a inicios del año, árboles autóctonos como Yarumos, Arrayanas y Alcaparras.                     FOTO: XR Colombia


Pasado mañana se llevará a cabo la huelga por el clima a nivel mundial. También están previstas manifestaciones en Ecuador y Argentina, así como en otras partes del continente. Pero, a diferencia de Europa, los manifestantes intentarán no ser detenidos. “La criminalización de las protestas aquí es muy violenta. No es raro que los activistas sean torturados”, señala Edwin Diez. Además, las prisiones en Europa no se pueden comparar con las de América Latina. “Nuestra meta, por lo tanto, es que nadie sea arrestado”.

Con precauciones también saldrán los activistas en Argentina. Con apoyo de abogados, están averiguando de qué forma se puede usar la desobediencia civil sin poner en peligro la salud de los involucrados. “Para mí, el arresto es uno de los ejes centrales de nuestra protesta”, dice Felipe Cortines, “pero antes de recurrir a este método, necesitamos saber los procedimientos exactos y cómo liberar a la gente lo antes posible”. XR Argentina sólo existe desde hace poco más de tres meses…

Y en Ecuador, donde los activistas se movilizarán en diez diferentes ciudades, la desobediencia se expresa en no haber buscado un permiso para la manifestación. “Existe el peligro de que la gente de aquí se canse rápidamente y se aleje del movimiento”, dice Shadey Heredia, del comité organizador. Por eso, XR Ecuador se concentrará en manifestaciones específicas, sin sobrecargarlas. “Si queremos lograr un cambio de mentalidad en las personas para que se produzcan cambios a largo plazo, debemos crear conciencia en ellas y sacarlas cuidadosamente de su zona de confort”. 

*una técnica para la extracción de gas y petróleo del subsuelo

Texto: Romano Paganini

Foto principal: El reloj de arena se está acabando: activistas de Extensión Rebelión Argentina en una acción en el Museo de Bellas Artes de Buenos Aires, a principios de junio de 2019 (XR Argentina).

mutantia.ch es parte de XR Ecuador.
La marcha del 27 de septiembre de 2019 empezará a las 11h00 en el Parque El Ejido, Quito.