Erika Pacheco, maestra de Cultura e Idioma Materno, madre e inmigrante – Lund (Suecia)
No quiero volver a la vida cotidiana de antes de la pandemia…
…porque ahora vamos ser más conscientes de lo importante que es la vida. Estar vivos y con salud es ahora el principal objetivo de todos. ¿Cuántas veces antes se pensó en esto? Los ritmos de vida de nuestras sociedades no nos permitían valorar lo más cercano: familia, amigos y demás seres queridos. Pero ahora que por las limitaciones que nos ha puesto la pandemia no podemos estar cerca de estas personas -no hay vuelos, las fronteras están cerradas, hay muchas restricciones para ver personas cercanas porque son ancianas o personas de riesgo-, sentimos que cuando todo esto pase, lo primero que vamos a hacer, es ir a estar cerca de quienes amamos.
Mi propuesta:
Creo que debemos prepararnos para otro tipo de enseñanza en las instituciones educativas y en nuestros hogares. Debemos enfocarnos en educar seres fuertes, que sepan enfrentar el miedo al aislamiento y a las restricciones, y debemos ser conscientes de que la juventud y niñez que van a crecer en este nuevo orden social deben prepararse para otro tipo de interrelación. Nuestras sociedades han dado un cambio tan brusco que no hemos podido asimilar cuál es el verdadero alcance de esta pandemia ni los efectos que va a traer consigo. Pero siempre hay miedo en los nuevos procesos sociales, y en los cambios más aún. Debemos educar para transformar ese miedo en una fuerza interna, enseñar a nuestro Yo interno a que se adapte y que crea, a que luche por sobrevivir frente a lo que se presente y que a la vez se cuide, tanto a si mismo como a los suyos.
Mi contribución:
Empezar ahora mismo a establecer cambios en la manera de consumir y de utilizar recursos. Nosotros nos adaptaremos a cualquier cambio que venga, porque somos sociedades fuertes y hemos sobrevivido a innumerables cataclismos y epidemias. Nuestra educación debe estar enfocada en mantener del mundo lo que nos queda ahora y no estar pensando en un “futuro cercano” en “un después”. Es ahora mismo que hay que empezar.